martes, 27 de mayo de 2008

El estres tiene su reflejo en la piel


El estrés afecta a más de 40 millones de europeos y supone entre un 50% y 60% de los casos de absentismo laboral, superado sólo por las patologías de la espalda. La sociedad del siglo XXI se está habituando a convivir con el estrés. El trabajo, la competitividad, las obligaciones familiares, etc., cualquier circunstancia, tanto positiva como negativa, puede ser causa de estrés.
Pero, en realidad, ¿de qué hablamos cuando nos referimos al estrés? Una de sus definiciones es que es una respuesta de nuestro propio organismo, tanto física como mental, para adecuarse a una nueva situación. Si analizamos bien esta definición, nos daremos cuenta de que el estrés se comporta como un estímulo. Entonces, ¿dónde reside el problema?
Sufrir estrés en un momento determinado no es negativo, incluso puede ser útil. La situación de estrés nos ayuda a poner a salvo nuestra vida. Desde este punto de vista los efectos parecen ser más bien positivos. Todo nuestro ser está alerta, despierto y nuestra capacidad de concentración es óptima; el problema llega cuando el estrés pasa a ser crónico o muy agudo.
Si el estrés es crónico la respuesta del organismo se puede desentrañar en forma de cansancio, fatiga o un aspecto enfermizo. La piel es uno de los principales reflejos del estrés pues se muestra sin color, con signos de cansancio y envejecimiento prematuro.
Los principales efectos del estrés en sobre la piel son: acné, eczema, soriasis, picazón, sudor excesivo, acné rosácea, caspa, herpes oral y urticaria.

1 comentario:

Nuestra Salud dijo...

Tratamientos con remedios naturales han probado ser efectivos en tratar el eczema en muchas personas. Con uso regular pueden prevenir la infeccion, aliviar el malestar y reducir las marcas de cicatriz.