
Lo que permite a las parejas disfrutar es que se produce un acto psíquico donde hay un encuentro de dos sujetos que se quieren unir pero que se saben diferentes. El goce consiste en una unión psíquica con el otro. Es necesario que cada miembro de la pareja tenga la capacidad de abandonarse al otro, despojándose de todas sus defensas y sus miedos.
El orgasmo es un asunto mecánico, una descarga provocada por una excitación de los órganos sexuales. No hay necesidad de un compañero para conseguirlo. Para sentirse feliz en el encuentro erótico hace falta que se produzca una combinación de deseos donde las dos subjetividades se pongan en juego, sin miedos o temores a la intimidad emocional.
Conviene abandonar una posición fálica o dominante. De otro modo, la mujer estará a la defensiva y el hombre tendrá que estar demostrando que da la talla. • La madurez erótica nos permite no ver a la pareja como aquél que tiene que saciarnos totalmente. Esto es una pretensión excesiva.
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